Ondoren, haur hezkuntzan lan egiten duen lagun batek, berak gurasoen banaketen inguruko lan bat eginen lukeela esan zidan. Geroz eta haur gehiagok pairatzen dutela eta egoera zail hura lantzeko material nahikorik ez dagoela dio. Gidoia idaztea ez zen edonolako lana izan, azken finean baikorra izatea nahi nuen eta. Orain jasaten ari garen krisi orokor honetan, metafora moduan bada ere, guztiontzat garrantzitsua izan daitekeen mezua darama sakonean: datozkigun egoera zailenak ere, opariak izan daitezke jarrera egokiaz jokatzen badugu.
Desde que era un “macaco”, como decía mi aita, me ha gustado dibujar y a fuerza de meter horas empecé pronto a obtener resultados.
El Ayuntamiento de Iruña/Pamplona organizaba concursos de literatura infantil en Euskara y en la escuela se planteó como trabajo de clase. Gané en la modalidad de cómic y así me animé a participar en más concursos, resultando premiado en repetidas ocasiones.
Se acabó la EGB y la cosa se ponía complicada porque ya no había límite de edad en los concursos, pero para mi sorpresa seguí logrando unos dinericos mientras estudiaba primero en el instituto y después en la facultad de Bellas Artes de Leioa.
En esa época colaboraba con el fancine Napartheid, entre otras publicaciones. También empecé a hacer mis pinitos en el mundo del diseño gráfico y la ilustración, lo que ha sido mi oficio después de acabar la carrera.
Lo que aprendí de animación con Bego Vicario (ganadora de un Goya) y de Flash en el trabajo, junto con que me viniera una buena idea, me llevó a ganar el primer Concurso Internacional de Humor Gráfico de Barakaldo sobre Nuevas Tecnologías.
Nunca he dejado de hacer trabajos más personales de pintura, pero no tenía tiempo suficiente para todo lo que quería hacer.
Llegó la crisis y con ella el paro, pero también el tiempo para abordar nuevos proyectos.
Por otro lado, llegó Enara y con ella creció la motivación para crear álbumes ilustrados.
Al árbol le van brotando nuevas ramas y desde las raíces le fluyen las ganas de seguir creciendo.
Desde que era un “macaco”, como decía mi aita, me ha gustado dibujar y a fuerza de meter horas empecé pronto a obtener resultados.
El Ayuntamiento de Iruña/Pamplona organizaba concursos de literatura infantil en Euskara y en la escuela se planteó como trabajo de clase. Gané en la modalidad de cómic y así me animé a participar en más concursos, resultando premiado en repetidas ocasiones.
Se acabó la EGB y la cosa se ponía complicada porque ya no había límite de edad en los concursos, pero para mi sorpresa seguí logrando unos dinericos mientras estudiaba primero en el instituto y después en la facultad de Bellas Artes de Leioa.
En esa época colaboraba con el fancine Napartheid, entre otras publicaciones. También empecé a hacer mis pinitos en el mundo del diseño gráfico y la ilustración, lo que ha sido mi oficio después de acabar la carrera.
Lo que aprendí de animación con Bego Vicario (ganadora de un Goya) y de Flash en el trabajo, junto con que me viniera una buena idea, me llevó a ganar el primer Concurso Internacional de Humor Gráfico de Barakaldo sobre Nuevas Tecnologías.
Nunca he dejado de hacer trabajos más personales de pintura, pero no tenía tiempo suficiente para todo lo que quería hacer.
Llegó la crisis y con ella el paro, pero también el tiempo para abordar nuevos proyectos.
Por otro lado, llegó Enara y con ella creció la motivación para crear álbumes ilustrados.
Al árbol le van brotando nuevas ramas y desde las raíces le fluyen las ganas de seguir creciendo.